jueves, 16 de diciembre de 2010

LAS PARTES: El Controlador Aéreo


 El controlador aéreo es un profesional, no un perfil humano o una casta (que no es casta lo argumentaré próximamente). Esto quiere decir en primer lugar que encontraremos personas trabajando como controladores que son autenticos cenutrios o cafres (doy fé), hay gente encantadora y sensible (la mayoría, y tb doy fé), gente egoista, avaros, generosos, irascibles, bondadosos, contemporizadores, estrictos, laxos, etc, etc... En definitiva, un poco de todo como en todas partes.

Los hechos que los "separan" de la mayoría son:
Las últimas 1.200 incorporaciones (los más jóvenes y masa principal actual) entraron a partir 1.999, con buenos sueldos y con la posibilidad de hacer horas extras extremadamente bien pagadas. Se encontraron así el sistema. Como la gente ya sabía el alto estatus que ofrecía, se presentó en masa a opositar y la selección pudo afinarse todo lo que se quiso. Así pues, se exigió tener un mínimo de titulación media, buen nivel de inglés, unos psicólogos definieron el carácter ideal para la profesión con infinitas baterías de test y pruebas, y se fue reclutando. ¿Cual era ese perfil? Imagínalo: coeficiente intelectual alto, trabajo en equipo, resistencia al estrés, buena visión espacial, resistencia a la frustración, capacidad de respuesta rápida, gusto por el trabajo bien hecho, etc... Unas perlas. Que se colarían excepciones? seguro. ¿Algún enchufado? sin duda. De eso, insisto, ya hablaré. Pero en general, esa es la masa laboral que conforma este cuerpo a día de hoy.

El controlador por definición es una persona "desplazada", en un entorno que no es el suyo. Muchos trabajan fuera de sus ciudades de origen o crecimiento.

Pero además, y esto es fundamental, casi siempre trabaja a turnos, lo que le hace ir a contrapié con sus viejos conocidos de fuera del sector, y relacionarse más en su ocio con otros controladores.

Estos factores: buenos sueldos, desarraigo y turnicidad empujan al controlador a una endogamia en el comportamiento y en las relaciones que lo aleja de forma involuntaria del resto de la sociedad. El controlador se ve apartado de la forma de vida común.

Un apunte antes de terminar: Aunque un pequeño porcentaje se ha forrado en estos últimos años trabajando sin parar (>400.000€ brutos), la mayoría se ha "conformado" con un muy buen sueldo (150.000€ - 250.000€ brutos) primando su tiempo libre (sin despreciar hacer horas modulares o extras), buscando un equilibrio entre éste y los desorbitados precios por su trabajo extra (¿quién se resiste a hacer algunas horas extras a precios de escándalo?) Y, por último, otro pequeño porcentaje dió total prioridad a su vida privada no haciendo ni una h.e., a pesar de sus precios (100.000€ brutos). Estos son hoy las más inocentes e injustas víctimas del linchamiento social.

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